07 noviembre, 2007

Mingorance .vs. Yáñez, o el Califato de Damasco


Mis felicitaciones a los administradores por esta iniciativa, surgida como tantas grandes ideas de la Humanidad tras la copiosa ingesta de caldos riojanos. Sin embargo al contrario de otras, esta sí ha cristalizado. Quiero por ello aportar mi granito de arena.

Esta que voy a relatar no es historia inventada, ni un chiste ni tampoco una leyenda urbana. Es un "hecho verídico" que tuvo a bien suceder en el camping de Rota, ciudad esta tan fuertemente unida a la pequeña historia familiar de los "ñañes". Un buen día de verano me presentaron a uno de los insignes clientes del citado establecimiento turístico conocido como todos los camping por la ilustre alcurnia de sus huéspedes, alguno de los cuales gozan de un rancio abolengo que se remonta a la noche de los tiempos.

Fue mi cuñado quien me presentó a uno de estos afortunados, a la sazón llamado Pepe Mingorance. Tan pronto surgió su apellido en la conversación mi nuevo amigo procedió a ilustrarme sobre la opulenta historia de sus ancestros. Según él los Mingorance provenían de la magnífica estirpe de los Omeyas cuyo precursor fue nada menos que Umayya Ibn Shans sobrino de Hagmin, bisabuelo de Mahoma.

Haré un corto paréntesis en mi relato para llamar la atención al lector de la frecuencia con la que en cuestiones genealógicas, el "personal" gusta de emparentarse con grandes familias e incluso con frecuencia, se presume de la pertenencia a pomposas dinastías reales. Nadie hasta el momento me comentó nunca que por ejemplo, se llama Vaquero por sus orígenes pastoriles o plebeyos. Y que decir de los que se llaman Vitorino ...

Pues bien, tras las explicaciones de mi nuevo y docto amigo en un alarde de sencillez y cercanía impropias de su Real condición, me preguntó con cierta displicencia el origen de mis apellidos. Descartado de inmediato el "López" que a buen seguro le pareció demasiado mundano, mostró cierto interés en el apellido Yáñez. Incluso opinó que también pudiera tratarse de nombre antiguo, digno de cierta comparación con el suyo propio.

¿De dónde provienen los Yáñez? me preguntó. Casualmente (le contesté) los Yáñez también tienen su origen en el Califato de Damasco. Mi interlocutor quedó gratamente sorprendido por mi respuesta, quizás pensando que acababa por fin de conocer a un primo lejano largamente olvidado, Sin embargo su semblante cambió cuando finalmente añadí: pero Pepe ¿no te acuerdas?, los Yáñez ¡¡¡ eramos los que le dábamos por culo a los Mingorance !!!.

Obvio decir que no he vuelto a ver a mi amigo Pepe Mingorance.


José María L. Y.

1 comentario:

tati dijo...

Bueno creo que a la décima vez he podido saber como se hace esto pero no creais, me ha costado por lo menos efenergan y medio. Al fin le he conseguido , y es que el efenergan es gran aliado de un "ñañe" besitos a todos.

la prima tati